
El tratamiento debe realizarse con la mayor celeridad posible para evitar complicaciones y controlar el dolor.
El especialista suele recetar analgésicos antiinflamatorios no esteroideos que son eficaces contra el dolor y la inflamación. En episodios muy agudos de dolor, este se puede tratar a través de la aplicación de los fármacos por vía intramuscular o intravenosa.
Suele ser también necesario, en un gran número de casos, administrar medicamentos para disminuir o erradicar el vómito, además de protectores gástricos.
Si el tratamiento del dolor no responde a los analgésicos, el especialista colocará un catéter ureteral (en el interior del uréter), ya que debe intentar expulsar los cálculos para que no persista el dolor, acción que se podrá realizar mejor si se administran también alfa-bloqueantes.
En el caso de que se necesiten fragmentar los cálculos para facilitar su eliminación, se llevará a cabo la litotricia, procedimiento médico en el que se usan ondas de choque para la descomposición de la piedra.
En casos extremos se llevará a cabo cirugía para poder extraer lo que obstruye el riñón o las vías urinarias.
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